Esta semana, en que se conmemora como cada año el Día del Hospital, las y los trabajadores quisiéramos estar celebrando. Sentimos, por el contrario, tristeza e incomprensión a raíz del despido masivo de nuestros compañeros y compañeras contratados bajo el rótulo de “honorarios de refuerzo COVID”. Trabajadores y trabajadoras que desde hace ya bastante tiempo están realizando labores asistenciales que han permitido disminuir listas de espera, descanso del personal habitual y mejorar la calidad de atención en general, entre otros aportes.
El saber que más de 6 mil trabajadores y trabajadoras están siendo y serán despedidos nos entristece e impide celebrar como quisiéramos, y nos obliga a mirar como una ironía el discurso de reconocimiento tantas veces escuchado en pandemia, cuando se nos ofrecieron aplausos y felicitaciones.
En esta coyuntura, no logramos entender cómo el Estado desperdicia una oportunidad histórica de contar con personal altamente calificado, que a pesar de contar con un contrato precario se ha mantenido trabajando. Esto último se llama compromiso con la salud pública. Con la brecha de recursos humanos que se arrastra año a año y con las múltiples necesidades de nuestro sistema público de salud, el Estado NO debiera desaprovechar esta oportunidad de contar con la cantidad suficiente de personal para dar una mejor calidad de salud a la población, así como mejores condiciones laborales al equipo de salud.
Queremos que la comunidad sepa que muchas acciones de salud se dejarán de realizar; se cerrarán camas, disminuirán exámenes, se retrasarán los resultados y se enlentecerá la atención de diversas áreas clínicas como laboratorios, hospitalizaciones domiciliarias y rehabilitación, entre otros.
Hoy, que estamos a pocas horas de conmemorar el Día del Hospital, señalamos al Gobierno que todavía es tiempo de enmendar decisiones que son absolutamente contradictorias con el fortalecimiento de la red pública. Llamamos a las autoridades a entrar en razón y pasar a la contrata a este grupo de trabajadores y trabajadoras que estuvieron al pie del cañón cuando el país más lo necesitaba, y que luego tomaron otras actividades para seguir aportando a la salud de las y los chilenos.
Desde Fenpruss seguiremos realizando acciones de presión en todo el país, buscando alianzas y puntos de encuentro con el mundo parlamentario, gremios de la salud y con las usuarias y usuarios, que son quienes se verán más afectados con este despido masivo.
Independientemente de cómo termine este conflicto, queremos hacer un reconocimiento a los y las trabajadoras a honorarios que se sumaron al equipo de salud y entregaron junto a nosotras y nosotros lo mejor de sus competencias, sin importar que sus condiciones laborales fueran precarias. Ustedes no solo se merecen aplausos, merecen un contrato.
Este 3 de octubre esperamos poder celebrar en nuestros equipos de salud sin que falte nadie. Queremos reconocer a quienes han otorgado toda una vida al servicio público, y también a quienes ingresaron para hacer frente a una pandemia global. Todas y todos somos parte de esta red de servidores públicos que lucha día a día por otorgar dignidad a nuestra población.
¡En salud nadie sobra! ¡No a los despidos!
CONFEDERACIÓN FENPRUSS