Este 21 de marzo el proyecto de Ley que reduce la jornada laboral a 40 horas semanales sin afectar remuneraciones fue aprobado de forma unánime en el Senado, pasando a un tercer trámite en la Cámara de Diputados que debiera ser rápido, dado el consenso existente entre los bloques políticos. Así, se comienza a concretar una medida absolutamente necesaria para mejorar la calidad de vida de las y los trabajadores, lograr una mejor conciliación de la vida laboral y personal/familiar, promover la construcción de mejores climas laborales, y ayudar a una mejor gestión de los cuidados.
Pese a la dura resistencia inicial de algunos sectores políticos y empresariales; el apoyo popular y la realidad misma se encargaron de demostrar que la reducción de la jornada no solo es una idea positiva, sino que es completamente realizable sin mayores afectaciones para la economía, las empresas y empleadores. Tanto así que durante estos años de discusión, muchas empresas han optado por aplicar la jornada de 40 horas de forma voluntaria, con buenos resultados.
Como Fenpruss también quisimos predicar con el ejemplo, y hace ya tres años redujimos la jornada del personal que trabaja para la organización en nuestra sede nacional y como apoyo general, lo que nos valió la entrega del “Sello 40 horas” por parte del Ministerio del Trabajo. Nos sumamos así a aquella larga lista de actores que demostraron que sí se puede.
Vale constatar, en cualquier caso, que el proyecto aprobado por el Congreso solo toca a las y los trabajadores empleados bajo el Código del Trabajo, dejando fuera al sector público que se rige por el Estatuto Administrativo. Desde Fenpruss, sin embargo, hemos apoyado el proyecto desde un inicio, entendiendo que los avances en el sector privado tendrán que traducirse, más temprano que tarde, en reformas similares para quienes trabajamos en organismos públicos.
No solo hemos planteado esto en el marco del debate actual, pues nuestro proyecto histórico de carrera funcionaria profesional siempre ha integrado de la idea de una jornada laboral más corta para las y los trabajadores de la salud, quienes realizamos labores de alto desgaste y con una masa laboral mayormente integrada por mujeres.
Por ello, la aprobación de las 40 horas para el sector privado nos presenta hoy la oportunidad de concretar este anhelo y dar a las y los trabajadores públicos el mismo trato. La voluntad expresada ayer por senadores y senadoras oficialistas y de oposición da cuenta de un acuerdo transversal para que esto se concrete lo antes posible. Una idea en este sentido es aprovechar la gradualidad del actual proyecto para que, en su primer año de aplicación, cuando la jornada del sector privado se iguale a las 44 horas actuales del sector público, luego se pueda ir avanzando en conjunto a las 40 finales.
En cualquier caso, como Fenpruss nos sumaremos al debate que viene sobre la jornada laboral en el sector público, abogando por el bienestar de nuestros socios y socias, y poniendo especial atención a las especificidades de nuestro sector, como son las situaciones de quienes trabajan en turnos. En ese sentido, sostenemos que una reducción de jornada debe ir de la mano con más personal para nuestra salud pública. La disminución de la brecha de recurso humano sigue siendo un tema ineludible para abordar las necesidades sanitarias de la población, más aún en un contexto de menos horas laborales.
El debate sobre la reducción de la jornada pone en el centro a las y los trabajadores, de ahí su importancia. La demanda de bajar las horas de trabajo ha sido una cuestión histórica del movimiento sindical, y hoy expresa una necesidad de mayor bienestar en línea con lo que sucede en muchos países “desarrollados” que acá se toman como ejemplo para algunas materias, y que en muchos casos tienen jornadas laborales de 35 horas semanales o menos. Esto sin comprometer la productividad y el avance de sus territorios.
El avance de las 40 horas es innegable y esperado también por las y los trabajadores públicos. En esa dirección seguiremos avanzando.