Una vez más nuestro país se acerca a un evento electoral, esta vez con características absolutamente inéditas: por primera vez las y los chilenos seremos consultados sobre la aprobación o el rechazo de una nueva Constitución. Y no sobre cualquier texto escrito entre cuatro paredes, por personeros elegidos a dedo entre los mismos de siempre. Esta vez estamos hablando de una legitimidad de origen sin precedentes en el mundo, una propuesta o borrador redactado por una Convención Constitucional plenamente electa, con paridad de género e inclusión de escaños reservados para nuestros primeros pueblos.
De ser aprobado, este nuevo texto sería el final del último amarre legal heredado de la dictadura cívico-militar, aquel que sostiene jurídicamente los otros amarres sistémicos y aún más difíciles de remover, como son la concentración económica y de medios, o la cooptación de las fuerzas armadas y de orden por un sector social, por nombrar algunos.
En esta encrucijada, nuestra Confederación Fenpruss ha demostrado estar del lado correcto de la historia. Desde nuestra fundación como sindicato hemos luchado por ampliar las libertades públicas, establecer una democracia de derechos y un Estado dinámico que se haga presente como regulador, prestador y actor económico, en reemplazo de lógica subsidiaria y garante de la “libertad económica”.
Hemos estado presentes desde el principio en la lucha por la salud como derecho constitucional, adhiriendo tempranamente a la demanda por una nueva Carta Magna nacida de una asamblea constituyente, a través de la iniciativa “Marca AC”. Transitamos el camino de la protesta social y saludamos desde el primer día el Acuerdo por la Paz que habilitó este proceso histórico para acabar con la constitución de Pinochet y Guzmán.
Fuimos actores relevantes en articular fuerzas por el Apruebo y la Convención Constitucional, participamos de la franja electoral y del llamado al voto sin más agregados que pudieran confundir a la ciudadanía. Una vez iniciado el trabajo de la Convención, nos abocamos a incidir en el debate a través de nuestra Iniciativa Popular de Norma que superó los 15 mil apoyos exigidos, y junto a Confusam y el Cabildo “Salud un Derecho” unimos fuerzas para empujar el derecho a la salud en la Comisión de Derechos Fundamentales y el Pleno. Podemos decir con orgullo que muchas de las ideas que venimos levantando hace años y que incluimos en nuestra Iniciativa Popular de Norma, hoy son parte del nuevo texto constitucional.
Nuestras asambleas nacionales nos mandataron como organización a ser actores de este proceso hasta su finalización. Hoy, cuando ya conocemos los contenidos del borrador que implican enormes avances para el país en distintas materias, como Fenpruss tenemos la convicción de que este proceso de años se materializa con la aprobación de la propuesta constitucional que emanará de un órgano soberano.
Por ello, en esta coyuntura una vez más haremos eco de nuestra historia, de nuestros principios fundacionales y del sentir mayoritario de nuestras bases, llamando claramente y sin ambigüedades a votar Apruebo en el plebiscito de salida del próximo 4 de septiembre. Somos conscientes de que, más allá de cualquier canto de sirena, la alternativa del rechazo significa, objetivamente, seguir con la Constitución de la dictadura que consagra un modelo instalado a sangre y fuego, que asegura la concentración del poder económico, político y social en unas pocas manos.
Hacemos un llamado a sumar todas las fuerzas posibles para lograr la aprobación de la nueva Constitución y a no caer en el juego de quienes pretenden defender el actual modelo y sus propios privilegios a través de campañas del terror, desinformación y noticias falsas. El estallido social demostró que la ciudadanía no tolera más este estado de las cosas, y hoy es necesario dar este gran paso adelante para construir un Chile más justo, democrático, pluralista y con derechos para todas y todos.