Las enfermedades no transmisibles (ENT) son responsables de la muerte de 41 millones de personas a nivel mundial, lo que equivale al 71% de los decesos totales. En la región de las Américas, las ENT producen 5,5 millones de muertes. De éstas, 2,2 millones se producen antes de cumplir los 70 años, y son las enfermedades cardiovasculares y el cáncer las que lideran las causas.
Las ENT también implican un gran costo económico para los países: se calcula que las pérdidas acumuladas proyectadas al 2030 a nivel mundial serán de $47 billones de dólares.
Según las proyecciones del Cancer Research de Reino Unido, se estima para el 2040 el diagnóstico de más de 29.5 millones de casos nuevos de cáncer en el mundo. Esto significa un 62,9% de aumento en comparación a las cifras del 2018.
La pandemia por COVID-19 causó retrasos en el diagnóstico y tratamiento del cáncer en todo el mundo. Se estima que la reducción en el número de pruebas de diagnóstico de cáncer alcanzó entre un 27% y un 37% a nivel mundial. Estas cifras y sus consecuencias evidencian la necesidad de que los sistemas de salud tomen medidas futuras para minimizar la interrupción de los servicios de prestaciones oncológicas.
En Chile, el Centro de Prevención y Control del Cáncer (CECAN) estima que las muertes asociadas al cáncer atribuibles al retraso en el diagnóstico y tratamiento superarán las 7 mil entre el 2022 y el 2023. Además, se estima que al año fallecen alrededor de 30 mil personas por cáncer, donde 1 de cada 3 fallecidos muere sin oportunidad de atención.
El abordaje de los factores de riesgo, así como el tamizaje y tratamiento precoz de la ENT son pilares fundamentales de la respuesta de los sistemas de salud. En el caso del cáncer y sus factores de riesgo, existen múltiples herramientas de diagnóstico precoz, como también de tratamiento. El desafío actual de los sistemas de salud es lograr un equilibrio entre la implementación de políticas de diagnóstico precoz y tratamiento, buscando la mayor eficiencia posible en el gasto.
En el año 2020 se promulgó en Chile la Ley 21.258 (“Ley del Cáncer”) para regular la acción pública respecto a esta enfermedad. Esta ley busca establecer un marco normativo para la planificación, desarrollo y ejecución de políticas públicas, programas y acciones destinadas a establecer las causas y prevenir el aumento de la incidencia del cáncer.
Este marco normativo es una posibilidad importante para que Chile pueda trabajar con fuerza en disminuir el número de casos de cáncer en la población, y abordar de manera precoz el tratamiento en los pacientes diagnosticados. Dentro de los elementos de prevención, abordar los problemas de una alimentación poco nutritiva y el sedentarismo son los principales desafíos. La obesidad se asocia a mayor riesgo de desarrollar 12 tipos distintos de cáncer, entre ellos el de mama, próstata, colorrectal y biliar. Estos tipos de cáncer corresponden a los de mayor prevalencia en Chile.
Por otro lado, el diagnóstico precoz de la enfermedad tiene un impacto significativo en aumentar la sobrevida de los pacientes con cáncer, como también en la reducción de los costos asociados.
Ambos elementos se encuentran condicionados por los Determinantes Sociales en Salud (DDSS) que generan inequidades en las oportunidades de atención en grupos específicos de la población. Por ejemplo, estudios señalan que mujeres que realizan trabajos en jornadas prolongadas o turnos nocturnos tienen un mayor riesgo de tener cáncer de mama.
En el Día Mundial del Cáncer es importante hacer un balance que nos permita avanzar en un sistema de salud público robusto, que se encuentre a la altura del desafío logrando mejorar la calidad de vida de la población. Para lograr este objetivo, no solamente es importante generar políticas públicas y aumentar el acceso a tratamiento de la población, sino que también considerar los DDSS que generan inequidades en múltiples grupos poblacionales.
Una mirada sanitaria integral y el foco en el fortalecimiento de la salud pública son los factores que permitirán a Chile abordar el problema del cáncer de mejor forma. Avancemos en esa línea.