Hospital de La Serena y el último adiós a Patito.
El 23 de mayo los trabajadores y trabajadoras del Hospital San Juan de Dios de La Serena nos enteramos de una lamentable noticia, nos informan que fallece un gran amigo, nuestro querido “Patito”. Propietario de un restaurant familiar que por años está instalado frente al Consultorio Adosado de Especialidades, lugar de encuentro para quienes disfrutábamos de sus colaciones y con el sagrado “viernes de papitas fritas”.
El restaurant de Patito abría desde temprano. Recibía a los pacientes que cruzaban desde el Hospital para tomar desayuno luego de sus exámenes u horas médicas. Recibía familiares de los pacientes hospitalizados. Incluso, nosotros los funcionarios y funcionarias podíamos hacer nuestras celebraciones especiales o reuniones de trabajo sin problemas ahí, ya que siempre contábamos con la venia de nuestro querido Patito.
Para muchos, quienes valoramos su entrañable amistad, fue una gran pérdida, nos dolió grandemente el no poder despedirlo como lo hace la familia hospitalaria del Hospital La Serena. Tampoco pudimos saludar a sus hijos y a sus trabajadores, quienes heredaron de este hombre de esfuerzo su calidez y simpatía hacia los trabajadores de salud. Lamentablemente Patito falleció en tiempos de pandemia, aunque su causa de muerte no fue producto del Covid-19, su familia tuvo que ceñirse a los estrictos protocolos. A raíz del fallecimiento de Don Bernardino Piñera, desconcertados advertimos como, una vez más, nuestras autoridades transgreden los protocolos que por resolución se han emitido para el cumplimiento de toda la ciudadanía.
Al reproducir el video que se difundió ampliamente en redes sociales, fuimos testigos de acciones imprudentes y que nada dicen relación con el protocolo de manejo de cadáveres por Covid-19 en su versión N°1, cuya normativa dice lo siguiente: «se debe permitir el acceso (a la sala o zona de aislamiento) de los familiares y amigos para una despedida, señalándoles claramente que no deberán establecer contacto físico con el cadáver ni con las superficies u otros enseres de su entorno o cualquier otro material que pudiera estar contaminado«. Es importante mencionar, que las funerarias del país habían trabajado conforme a esta normativa, la cual en su génesis su funde con los protocolos hospitalarios del manejo de cadáveres.
Es ahí donde cabe preguntarse ¿hoy en Chile hasta la muerte es elitista? … Me recuerdo de un dicho popular que decía “ante la muerte todos somos iguales”, pero tristemente vimos que una vez más se nos priva de lo único que daba una cuota de equidad en este país. Vimos al presidente del Chile y sus familiares, romper y saltarse todos aquellos protocolos sanitarios ante lo que ellos pensaron importante. Se manipuló el cuerpo y expuso a los trabajadores de la funeraria al vestirlo con un lindo traje (según palabras de los asistentes). Por otra parte, pudimos contabilizar a más de 20 personas que tuvieron el privilegio de despedir a su ser querido, cuando en Chile, miles de familias se vieron privadas de esa oportunidad.
La sepultación de los muertos ha sido de vital importancia a través de la historia, ya que en sus rituales las familias los despedian con simbolismos que dan significado a su existencia, y que de alguna forma u otra permiten cerrar una etapa y comenzar otra de igual valor, el duelo.
Muchos podrán ver este video como una anécdota más de nuestro Presidente, pero para quienes trabajamos en salud y sentimos el dolor de las familias vemos esto como una falta de respeto para ellos, somos el personal de salud los llamados a informar estas malas noticias, las cuales el día de hoy tienen un sabor más amargo, sabemos de todas aquellas familias que no pudieron besar y decir te amo por última vez a sus seres queridos, quienes no pudieron vestir con su mejor prenda a quien tanto amaban, o aquellas personas que con tanto esfuerzo reunieron dinero para celebrar en familia y contar esas historias que lo hacían especial… Tristemente eso sólo quedó en sus corazones. No tenemos dudas que Patito será recordado por siempre por la familia hospitalaria del Hospital San Juan de La Serena por esas virtudes y nobles gestos que encontrábamos cada vez que visitábamos su restaurant.